Cuando la primavera estaba a punto de despuntar, en medio de un trigal con apenas unos centímetros de altura, comenzó a nacer una flor.
Poco a poco fue creciendo, hasta llegar a su plenitud. Era una hermosa flor de color carmesí, que a pesar de los vientos y lluvias de la primavera permaneció intacta, iluminando a todo aquel que pasaba por allí.
Algunos les molestaba que tanta belleza estuviera en medio de aquel hermoso trigal. La pisoteaban, y humillaban, pero ella con más fuerza, se agarraba a la tierra y volvía a levantarse para seguir iluminando a todos los que pasaban por allí.
Con la llegada del verano y el trigo en toda su plenitud la arrancaron de la tierra a la hermosa flor, a pesar de ser devorada, ella no se extinguió, porque dejo sus semillas en la tierra, a la espera de otra hermosa primavera….
Me parece un relato precioso y me encanta el final; considero que lleva un mensaje a seguir. A mí me dice que a pesar de todos los reveses que la vida nos vaya enviando debemos renacer y a ser posible con colores más hermosos, los cuales estarán representados principalmente por nuestra entrega a los demás.
ResponderEliminarMuy acertada la fotografía que lo ilustra, pues aunque personalmente no te conozco sí te imagino, por referencias que han llegado a mí, como una bonita flor en un trigal, no sólo por el nombre, sino por tu persona.
Muchas gracias Mari por tus bonitas palabras. Me acabo de enterar de que el próximo sabado nos vamos a conocer de lo cual me alegro un monton. Ya veras que bien nos lo vamos a pasar y espero que de este viaje salga algo para escribir en tu blog
EliminarMuchos besos
Rosa
Se me olvidó decirte que estoy contenta, porque creo que se me brinda la oportunidad de conocerte y poder darte un besito personalmente.
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